María José Pérez Contreras (profesora de Lengua y Cultura Españolas, CLM)
Aprender a conducir es tarea ardua para aquellos a los que como yo, se nos atravesó el examen práctico; aprender a enseñar también lo es. Las primeras veces que subes a un coche o entras al aula tras obtener el deseado carné o título son difíciles. Te subes en el vehículo, abres el libro; enciendes el motor, te presentas a los estudiantes; y sales a la calle con los nervios en el estómago y empiezas la clase con los nervios en el estómago, propios de cualquier principiante.